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Respira hondo y hazte estas preguntas:
¿Cuánto tiempo ocupo al día en cuidar de los demás?
¿Cuánto tiempo dedico a cuidarme?
¿Vivo más en el pasado y el futuro que en el presente?
¿Necesito tener el control continuamente?
¿Me cuesta aceptar imprevistos?
¿Cuántas veces salgo de mi rutina?
¿Suelo creer que tengo casi siempre la razón?
¿Suelo reír o sonreír a menudo?
Si al responderte algo se mueve en ti, es tu momento.
¡ Escucha tu intuición !
Nos referimos a eso que sientes cuando se te llena el alma, cuando tienes una sonrisa casi permanente.
Estableces nuevas relaciones, conectas, compartes, escuchas, te escuchan y aprendes con otr@s.
Se crea “algo mágico” sin saber cómo ni porqué, simplemente te dejas llevar por las emociones, el buen rollo y el ahora.
Te permites abandonar tu” personaje” en un entorno seguro y de confianza para fluir, disfrutar y ser tú!.
¿ Te inspira ?
Lo que sientes cuando juegas como un niño, cuando escuchas respuestas tan distintas a las tuyas, cuando le pones conciencia a mirar a una persona que no forma parte habitual de tu tribu o cuando te centras en lo que sientes cuando trabajas la compasión o el reconocimiento entre vosotros los participantes de la aventura.
Los lloros, las risas, la energía en el ambiente, el buen rollo, las sorpresas, los silencios y la complicidad.
Y tampoco podrás plasmar en tu retina el subidón que esperamos te lleves.
Esta invisibilidad se llaman VIVENCIAS y es el mejor de los regalos.